PECADOS CAPITALES

Los 7 pecados capitales
 
LA SOBERBIA:
   

No se trata del orgullo de lo que tú eres, sino del menosprecio de lo que es el otro, el hecho de no reconocer a los semejantes.

 

Pregunta: ¿Por qué nos cuesta tanto ceder? ¿Cuáles son los mecanismos del orgullo y la soberbia?
 
.- Rechazo de las correcciones: El soberbio recibe cualquier corrección como si de un ataque personal se tratase. Su resorte es ponerse a la defensiva ("¡pues anda que tú…!"). . Todo ello puede llevar al extremo de que el soberbio pretenda ser un autodidacta, prescindiendo de la riqueza tan grande que suponen los consejos, enseñanzas, testimonios, etc…
.- Cabezonería: Se traduce en incapacidad de ceder en las discusiones. En el fondo el soberbio mantiene sus posiciones por "propias", antes que por "verdaderas". Incluso aunque llegase a ser consciente en su fuero interno de estar en el error, mantendría su postura primera por no pasar por la humillación de reconocerse equivocado. Precisamente el problema consiste en que siente como humillación el decir "me he equivocado".

.- Petición de perdón: Le costará mucho al soberbio llegar a pedir perdón con espontaneidad. Aunque su voluntad esté decidida a luchar contra su pecado capital, difícilmente podrá controlar sus primeros impulsos, que se "revolverán" contra el camino de humildad.

_El soberbio rechaza lo que sin embargo agrada al vanidoso, que es la necesidad imperiosa de los demás para ser alabados y admirados.

La soberbia es debilidad y la humildad es fuerza. Porque al humilde le apoya todo el mundo, mientras que el soberbio está completamente solo, desfondado por su nada. Puede ser inteligente, pero no sabio; puede ser astuto, diabólicamente astuto quizá, pero siempre dejará tras sus fechorías cabos sueltos por los que se le podrá identificar.

EXPERIENCIA DE UN ESTUDIANTE:

La pregunta más importante
En el segundo semestre de la escuela de enfermería, nuestro profesor nos dio
un examen sorpresa.
Yo era un estudiante consciente y leí rápidamente todas las
preguntas, hasta que leí la ultima:"¿Cuál es el nombre de la mujer que limpia la
escuela?"Seguramente esto era algún tipo de broma. Yo había visto muchas veces a la mujer que limpiaba la escuela. Ella era alta, cabello oscuro, como de
cincuenta años, pero, ¿cómo iba yo a saber su nombre?
Entregué mi examen, dejando la última pregunta en blanco.Antes de que terminara la clase, alguien le preguntó al profesor si la última pregunta contaría para la nota del examen. "Absolutamente", dijo el profesor. "En sus carreras ustedes conocerán muchas personas. Todas son importantes. Ellos merecen su atención y cuidado, aunque solo les sonrían y digan: ‘¡Hola!’
Nunca olvidé esa lección. También aprendí
que su nombre era Elena. Todos somos importantes.

  LA IRA:

  Acontece de repente, muchas veces fraguada en el horno encendido del corazón largamente atribulado.

Tiene, cuando finaliza, un algo de perplejidad contemplando los destrozos. Es la pasión del alma que causa indignación y enojo, o bien, apetito o deseo de venganza, o como causa de violencia contra los demás, o contra uno mismo. 

Había una vez un niño que siempre estaba de mal genio. Su padre le dió una bolsa de clavos y le dijo que cada vez que se enojase, tenía que clavar un clavo en la parte de atrás de la cerca de su casa. El primer día clavó 37 clavos en la cerca.

En las próximas semanas, según aprendía a controlar su mal genio, diariamente clavaba menos clavos. Entonces descubrió que era más fácil controlar su mal genio que clavar los clavos en la cerca. Finalmente llegó el día en que el niño no se había enojado por nada. Se lo dijo a su padre, el cual le sugirió que ahora por cada día que no se enojase, sacara un clavo de la cerca.

El tiempo pasó y llegó el día en que le pudo decir a su padre que había sacado todos los clavos. El padre tomó a su hijo de la mano, lo llevó hacia la cerca y le dijo : "Hijo, haz hecho muy bien, pero mira los huecos que han quedado en la cerca. La cerca nunca será igual. Cuando uno dice cosas con ira dejan cicatrices como éstas. Puedes clavarle un cuchillo a un hombre y sacárselo; no importa cuantas veces le pidas perdón, la herida permanece. Una herida verbal es tan mala como una física. Los amigos son joyas preciosas, nos hacen sonreir y nos animan al éxito. Nos escuchan, comparten palabras de halago y siempre nos abren el corazón."

"Perdóname si alguna vez he dejado un hueco en tu cerca."

  LA ENVIDIA:  

La gente me señala, me apunta con el dedo, susurra a mis espaldas, y a mi me importa un bledo, que más me da, si soy distinto a ellos, no soy de nadie, no tengo dueño, yo se que me critican, me consta que me odian, la envidia, les corroe, mi vida les agobia. ¿Por qué será? yo no tengo la culpa, mi circunstancias les insulta… (Alaska)*.
Un sentimiento que pocos pueden evitar, y aunque falto de virtud, es generador de impresionantes expresiones creativas. Por reprochables que estas puedan sean, no pueden ignorarse la ocasional genialidad en: los asesinatos premeditados, las estrategias de guerra o los chismes formulados ex profeso para el desprestigio, etc. Ni hablar de las técnicas empleadas por los merecedores de la envidia a los demás. La condición del enviado también provoca reacciones, extrañísimas, utilizadas con frecuencia como antídotos para los envidiosos. Las formulas para personalizar la ostentación y la independencia sobre-actuada (como el caso de la canción de Alaska) siempre han sido dignas de atención. Asimismo el morbo sobre el que se esconde.

Sin duda la envidia es un concepto muy rico ya que permite la exploración de sus numerosas y coloridas manifestaciones
  LA AVARICIA: 
 

La avaricia es como una enfermedad que lleva a acumular riquezas hasta el extremo de privarse de lo más imprescindible. El avaro es un ser vil y perverso que destruye su propia vida y la de los que le rodean, su egoísmo es tan grande que sólo le importa incrementar su patrimonio por encima de cualquier otra premisa.

  
 
 
Avaricia es vivir en 
la pobreza por miedo 
a la pobreza. 
S.Bernardo 

Es una gran locura la de 
vivir pobre para morir rico.
Juvenal

 
 

  LA GULA: 

Vicio que consiste en beber y comer con desmesura.

 


Uno de los más grandes e ilustres comilones fué LUIS XIV, el Rey Sol de Francia 1638-1715.    Los anales de éste reinado nos dicen que comia solo y que la  llamada comida real consistia generalmente en:
sopas diversas 
16 funetes de carnes variadas
8 asados
15 platos de legumbres
8 pasteles salvajinas y 16 platos de dulces
Se encontró un escrito de su cuñada, La Duquesa de Orleans, donde confesaba " he visto a menudo al Rey tomarse:
4 platos de sopas distintas 1 Faisan entero, 2 perdices. 1 gran platode legumbres, 4 grandes rebanadas de jamón
1 cuarto de carnero asado, 8 huevos duros, frutas diferentes
El Rey murió de 77 años y con muy buena salud. Cuando se le hizo la autopsia se encontró que la capacidad de su estómago y de sus intestinos, era el doble de la de dos hombres de su estatura.

TURPIN, arzobisto de Reims, escribe que el emperador CARLOMAGNO 742-814 – solo hacia dos comidas diarias la primera, medio cordero y tres gallinas; y la 2da. Aves y pescados y caza mayor, todo asado.
Dos glotones, verdad? campeones de la gula.
 
   LA PEREZA: 

 
los vagos los son porque no les da la gana, no ponen suficiente de su parte o les es más ventajoso ser así.
Ha ocurrido en muchas ocasiones, que personas con enfermedades poco conocidas, han sido o son consideradas vagas, incluso por
médicos.
 
  
Algunos ejemplos de enfermedades que suelen ser confundidas con pereza son:
Otras causas de falta de implicación en una tarea son:
Falta de beneficio en relación al esfuerzo utilizado.
Falta de reconocimiento en el trabajo o actividad realizada.
Falta de preparación para realizar la tarea.
Que sea una tarea penosa, que cause cualquier trastorno físico o mental, como dolor de espalda o monotonía.   

 LA LUJURIA:  

 El deseo desordenado por el placer sexual
 

El diccionario nos advierte que la lujuria es un vicio que desde el siglo VI consiste en el uso ilícito o en el apetito desordenado de los deleites carnales porque eso le pareció al papa Gregorio El Grande en esos tiempos, y eso le pareció también a los doscientos y un papas que lo sucedieron.

 La lujuria es un estado del alma. Hay quienes piensan que toda actividad sexual es un mal necesario porque tiene que ver con la reproducción, y que el apetito carnal desmesurado, como también se le dice a las ganas, distorsiona la verdadera esencia del placer. Allá ellos.

Otros piensan que si se siente bonito hay que aflojar el cuerpo y dejarse llevar.

 

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